Amado Dios, en medio de nuestras aflicciones y angustias, encontramos consuelo en tu presencia cercana. El versículo de Salmos 34:18 nos asegura que estás con nosotros en nuestros momentos de sufrimiento y que nos salvas de nuestras angustias.
Te agradecemos, Señor, porque no estás lejos ni indiferente a nuestro dolor. Eres un Dios compasivo y amoroso, dispuesto a consolarnos y rescatarnos de nuestras dificultades. En ti encontramos refugio y esperanza cuando nos sentimos abrumados por las circunstancias.
Te pedimos, Padre, que nos ayudes a confiar en tu bondad y fidelidad, incluso cuando nuestros corazones están llenos de tristeza y preocupación. Danos la fortaleza para esperar en ti y encontrar consuelo en tu amor eterno.
Encomendamos a aquellos que están pasando por pruebas y tribulaciones, sabiendo que estás cerca de ellos y que eres su salvación. Te rogamos que les muestres tu amor y misericordia, que les des paz en medio de la tormenta y que les renueves la esperanza en ti.
Señor, en momentos de debilidad, confiamos en tu poder sanador y restaurador. Fortalécenos con tu Espíritu Santo y ayúdanos a mantener nuestra fe firme en tu promesa de que nunca nos abandonarás.
Gracias, Dios amado, porque en medio de nuestras aflicciones encontramos consuelo en tu cercanía y salvación. Que nuestra confianza en ti crezca y que podamos ser testimonios vivos de tu amor y cuidado en medio de las dificultades. En el precioso nombre de Jesús, amén.